La República Dominicana alberga una de las mayores riquezas naturales del Caribe. Lugares como Isla Saona, Isla Catalina, Bayahibe, Samaná y Punta Cana están rodeados de arrecifes, manglares y playas que forman parte de parques nacionales protegidos, como el Parque Nacional Cotubanamá.
Recolectar conchas o corales altera directamente este equilibrio natural. Aunque parezcan simples objetos decorativos, las conchas cumplen funciones vitales:
Sirven de refugio para crustáceos, peces y pequeños organismos marinos.
Contribuyen a la formación natural de la arena y la estabilidad costera.
Son parte del ciclo ecológico del ecosistema marino.
Por esta razón, las autoridades dominicanas prohíben estrictamente la extracción, venta o exportación de conchas, corales y estrellas de mar desde zonas protegidas.
Tanto Isla Saona como Isla Catalina, dos de los destinos más populares, se encuentran dentro de parques nacionales donde esta normativa es especialmente rigurosa.
En pocas palabras: disfruta de la belleza de las conchas en la playa, pero déjalas donde pertenecen — en la naturaleza.

